"Como universitarios, como intelectuales que incursionan en la acción instrumental para cambiar el mundo (...) tenemos que admitir una mirada autocrítica sobre nuestro hacer y nuestro pensar (...) implica no tener proyectos de poder corporativos y reconocer respetuosamente al otro en su rica diversidad, tejer alianzas, contribuir a recuperar e hibridar recursos públicos, sociales y privados (...) implica vernos no como donantes unilaterales sino como partícipes en una red de reciprocidad a la cual apostamos con nuestro trabajo voluntario"
José Luis Coraggio
La Economía Social como un marco de sentido para las relaciones entre la universidad y las comunidades.

domingo, 21 de julio de 2013

Inauguración del Consejo Social 17 de Junio de 2013

La sesión inaugural del Consejo Social de la UNGS, el lunes 17 de junio de 2013, fue un acontecimiento que desbordó las previsiones organizativas y la capacidad del aula 103 para contenerlas. Momento de comunicación e interacción creadora entre la Universidad y la sociedad”, es posible que este desborde esté visibilizando a un actor, (muchos actores) indisciplinado(s) y transdisciplinante(s),  que pugnaba por tomar forma en la vida de la universidad, luego de años de crecimiento y maduración de vínculos en múltiples y variadas experiencias de interacción con la comunidad.
Para quienes tuvimos la oportunidad de participar fue posible compartir un evento de fuerte contenido emocional, donde no sólo asistimos al nacimiento de una institución, sino que este nacimiento tuvo un paradójico clima de emotivo reencuentro. Paradójico, porque fue un reencuentro con actores que siempre estuvieron; pero también reencuentro a secas, con protagonistas de la creación de la misma universidad que vivieron esta convocatoria como una especie de  nueva invitación a la casa común. Un signo de esa madurez es que ninguna organización agradeció la invitación a este espacio, considerándolo un lugar natural de pertenencia: estamos donde tenemos que estar, manifestó una de las flamantes consejeras.
Y también fue un reencuentro de la UNGS consigo misma, con su espíritu fundacional; en palabras del primer rector electo José Luis Coraggio, presente en el evento: esto va en la línea original que pensó Roberto Domecq de la comisión organizadora de esta universidad...  esa utopía se está cumpliendo paso a paso. Y de Silvio Feldman: también me sumo a la alegría, a la satisfacción porque esto estuvo presente desde sus orígenes en la universidad.
Con la presidencia del Rector Eduardo Rinesi, representantes de las 26 organizaciones asistieron entusiastas al inicio de una institución que ensambla con la misma naturaleza de la UNGS, en múltiples sentidos. Tal vez uno de los más importantes es la intuición fundacional de configurar una universidad desde la sociedad, desde campos problemáticos, y no desde disciplinas pretendidamente universales. Pero como la realidad social se obstina en modificarse continuamente, puede dejar desactualizada una configuración pensada para otro momento histórico. Obviamente, es una tarea que excede a un sector, pero el Consejo Social puede contribuir a “pensar la UNGS desde el territorio”, como indicaban los afiches de la convocatoria durante el 2012.
También quedó claro en esta primera sesión que el Consejo Social -en coherencia con el “concepto UNGS” de acciones con la comunidad- que no se trata de un órgano de la extensión o de los servicios a la comunidad, sino una estructura orientada a promover y facilitar el diálogo y la interacción de la sociedad con los equipos de la universidad, con toda la universidad.
Habrá que ver si esta nueva institucionalidad puede posibilitar la emergencia de un actor sólido, lo que queda claro es que se abre un escenario y un camino, cuyos objetivos finales todavía están por definirse y que irán delineándose sobre la marcha, priorizando las acciones e intentando poner por delante las coincidencias, a partir de una realidad universitaria donde –en palabras de Eduardo Rinesi- a los sectores populares no hay que ir a buscarlos afuera porque ya están adentro, y constituyen nuestra principal responsabilidad como garantes del derecho a estudios superiores, desde el ingreso hasta la finalización, pero que dentro o fuera –o mejor dicho: tanto adentro como afuera- adquieren categoría de interlocutores privilegiados y no simples destinatarios, beneficiarios o usuarios de nuestra labor docente e investigativa.


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