Claudio
Abrevaya, Susana Hintze, Ruth Muñoz y Walter Pengue
Esta Comisión
ha recibido durante el período indicado informes periódicos que dieron cuenta
del proceso y los avances del proyecto “Argentina Trabaja en la UNGS” (Proyecto
PRIST/AT) a través de los materiales producidos para el Consejo Superior y
las reuniones mantenidas con integrantes
del Centro de Servicios, de la Unidad Ejecutora y los propios cooperativistas.
Todo ello ha
permitido contar con un caudal de información que posibilita realizar la breve
evaluación y sugerencias para el futuro que se presenta a continuación, destacando algunos aspectos importantes
vinculados al proceso, los logros y los desafíos que enmarcados en un programa
de trabajo tan complejo y diverso que interpela a nuestra Universidad en términos de su vinculación con el Estado y
la comunidad, así como en lo que hace a
sus funciones de formación, investigación y servicios.
Consideraciones
generales
La primera cuestión
–de carácter general- que queremos destacar es que, en el marco apropiado, con
el seguimiento adecuado, distribuyendo las funciones, dedicando tiempos y esfuerzos,
en el proceso desarrollado en la UNGS se ha logrado adecuadamente el
cumplimiento de las metas previstas y reprogramadas, a la vez que se ha
avanzado en la formación y alcanzado importantes niveles de contención y de integración
de las y los cooperativistas. Resalta en este punto el papel jugado en estos
planos por las actividades realizadas (tanto culturales como en relación con
empresas y emprendimientos) así como el impulso dado en la UNGS a los programas
propuestos por el MDS (FINES, Promotores de Salud). Deseamos en particular señalar
las acciones que tienen una impronta propia en sentidos y contenidos como los
talleres (con eje en Derechos Humanos, Género y Economía Social), los aportes
en materia de seguridad del trabajo (IdeI), el Proyecto de Huerta Demostrativa
Modelo (Área de Ecología del ICO) y los que se están gestando en estos días
como la vinculación con programas que acercan a la lectura por parte de
adultos, llevado adelante por parte de la Biblioteca.
En segundo
lugar, nos interesa resaltar la valoración altamente positiva de las y los
cooperativistas de las condiciones de trabajo (respeto, manejo de conflictos,
encuadre específico en las tareas previstas por el convenio, etc.), sobre el
entorno laboral y la calidad de las relaciones que los integrantes del Centro
de Servicios, la Unidad Ejecutora y otros involucrados en la UNGS generaron en
el proceso (especialmente apreciado en testimonios de
mujeres contrastándolo con experiencias de programas anteriores fuera del
ámbito de la UNGS).
Una tercera
cuestión que destacamos es el desarrollo de la investigación que la UNGS decide
realizar a fin de convertir al proyecto en “un objeto de conocimiento en si mismo”, lo
que ha posibilitado documentar de manera sistemática, metodológicamente
rigurosa y técnicamente informada la marcha del proceso, el aprendizaje
realizado y las dificultades encontradas.
Sobre la
continuidad del proyecto: alcances y desafíos
La
investigación mencionada ha mostrado las dificultades en la organización del
trabajo y en la gestión del proyecto que derivan del carácter del programa,
extensible al conjunto de los intentos de promoción de la puesta en marcha de cooperativas
en el marco de políticas públicas y no solo a los del PRIST[1]. El informe final es así
mismo claro sobre las cuestiones a profundizar (conformación e identificación
cooperativa, género, la interpretación de la experiencia por parte de la propia
Universidad, entre otras).
Consideramos en
ese marco que estamos transitando bien un camino que sabíamos problemático. El
proyecto ha logrado en un año importantes avances en la configuración de de una
identidad grupal de las cooperativas, a través de una dinámica que permitió
consolidar colectivos claramente delineados aunque no sea todavía “posible describirla
como asociativa o cooperativa”, de acuerdo con lo que señala el informe final.
Como es de
esperar los logros son parciales (al respecto cabe recordar que una experiencia cooperativa emblemática como la
de Mondragón incuba las nuevas cooperativas durante cinco años). Las y los
cooperativistas requieren de la continuidad del apoyo y coordinación para
avanzar en los logros hasta el momento obtenidos y consolidar el proceso
colectivo de trabajo y producción con miras a lograr mejores condiciones de
sostenibilidad de las cooperativas en el futuro.
Procesos como
los propuestos en el proyecto necesitan tiempo de maduración y organización y
una mayor capacitación para que, quienes deseen continuar en este programa a
través de nuestra Universidad, logren la formación necesaria para cristalizar lo
que denominan cooperativas genuinas
de trabajo. Es también de esperar que como todo proceso colectivo de estas
características los resultados sean diversos: algunos seguramente lo lograrán y
habremos cumplido con la intención del proyecto, la de apoyarlos en el ese
camino. Otros quizás no, pero igualmente se llevarán de su paso por la
Universidad el recuerdo de una institución que promovió, contuvo y apostó al
proceso de trabajo, habiéndose acercado en la mayoría de los casos por primera
vez, a una Institución pública que, más allá de este programa, puede ser un
nexo para que ellos mismos culminen con sus estudios secundarios, algunos
ingresen al grado o bien sus propios hijos encuentren aquí una puerta abierta.
En este
sentido, de los informes se desprende que los cooperativistas han destacado la
formación que han recibido. Pero también destacan que sería muy importante contar
con una formación técnica en alguna tarea u oficio vinculado a artes que les
puedan brindar una herramienta para la consolidación de las cooperativas en el
sentido de que en un futuro, puedan considerarse cooperativas sostenibles Este
es un aspecto en el que sugerimos centrar los esfuerzos de seguimiento y capacitación
si se concreta un nuevo convenio.
Al respecto,
vale la pena especificar que en un último intercambio con cooperativistas
realizado en diciembre del año pasado en la que participamos integrantes de esta
Comisión, hemos percibido interés en formarse en varias líneas en las cuales
nuestros profesores, estudiantes y sus redes pueden participar. A título de
ejemplo puede mencionarse la formación en ciertos oficios y tareas, en los
cuales los ingenieros pueden aportar; la mencionada seguridad en el trabajo; la
construcción de canales alternativos para la comercialización, inscripción y
registro cooperativo; formación técnica para la producción de alimentos,
trabajo en la huerta, en la chacra, en la preparación y formación como
viveristas (una actividad posiblemente de interés para la zona) y otras tantas
actividades que podrán explorarse a través de un breve diagnóstico inicial y la
continuación del trabajo conjunto.
En definitiva,
varios grupos de cooperativistas han demostrado sumo interés en acogerse a
estas instancias y en la continuación del programa en la UNGS. Desde la Universidad, la unidad ejecutora ha realizado un buen
trabajo, si bien quizás, si se hubiera promovido una mayor acción hacia dentro
de la misma institución, se podrían haber ampliado logros y compromisos. Las unidades
de investigación, formación y servicios de cada uno de los Institutos están en
condiciones de colaborar e incluso promover hacia su entorno interno, una mayor
participación la cual debería explorarse e incentivarse en una nueva etapa.
Finalmente,
deseamos puntualizar la importancia que otorgamos a la continuidad de este
proceso vía la renovación del convenio a través de una o varias de las
obras/proyectos propuestos en el informe final o de alguna otra alternativa que
pudiera surgir a partir de intercambios con sectores internos y externos. No
hacerlo implicaría, a nuestro juicio, dejar inacabado un rico proceso de
aprendizaje institucional en el marco del compromiso con su medio que la UNGS
ha demostrado de muy distintas maneras desde su creación.
Comisión
de Seguimiento
Los
Polvorines, Buenos Aires, Marzo 15, 2013.
Apreciaciones adicionales de Claudio Abrebaya
En el caso de uno de los miembros de la comisión de seguimiento,
Claudio Abrevaya, se mantuvo un contacto más estrecho en virtud de que tuvo a
su cargo el dictado de la capacitación sobre riesgos laborales, los accidentes
de trabajo y los cuidados a la salud. En este sentido, dada la riqueza de su
valoración sobre la experiencia, presentamos a continuación unas breves
apreciaciones personales que fortalecen el posicionamiento de renovar los
esfuerzos por la continuidad de la ejecución del Programa en la UNGS.
“Mis conclusiones respecto a la experiencia vivenciada en estos
meses en la UNGS
con el programa “Argentina Trabaja” a través de mi participación en la Comisión de Seguimiento
es la siguiente.
Me resultó sumamente valiosa y enriquecedora la experiencia de
interactuar con los integrantes de las diferentes cooperativas. Particularmente
hablando de las temáticas en que
intervine encontré una gran receptibilidad e interés por parte de la
mayoría.
Al plantearse conceptualmente los diferentes factores de riesgo
aparecían muchos trabajadores que se animaban a exponer sus experiencias
personales, en general traumáticas y negativas.
Ello servía para poner más ejemplos prácticos a los conceptos que
yo plantaba ayudando a la comprensión integral de las problemáticas. En general
asumieron que fue la primera oportunidad en que durante una práctica laboral se
detenían a explicarles los cuidados para con su salud y su integridad. También
manifestaron que era (para la mayoría) la primera situación de trabajo en la
cual se les brindaran tanto ropa como elementos de protección personal y
además, la capacitación para que puedan afrontar sus tareas con los mínimos
riesgos de producción de accidentes.
Reitero que la experiencia me resultó sumamente interesante por la
gratitud encontrada en todos los participantes y rescato algo que nunca me
había pasado que fue la libertad y la sinceridad mostrada por el numeroso
plantel femenino que planteaba el trato denigrante y discriminatorio que
siempre han recibido y que les llamaba la atención aquí en la UNGS la dedicación y el
cuidado especial que se les brindaba a ellas cotidianamente. Cabe acotar que,
además de los temas generales me fueron solicitando de tratar situaciones
laborales específicas dado sus experiencias anteriores, el encontrar otros
momentos en los cuales tratáramos en particular los temas que ellas habían
requerido consultar, lo agradecieron sinceramente. Esto me resultó altamente
gratificante.
Como conclusión, puedo manifestar que a nivel personal y en el
área que me compete quedé muy satisfecho por la experiencia y considero que me
resultó a mi tan o más enriquecedora que a las propias trabajadoras y
trabajadores.
Como última anécdota para ilustrar esta perspectiva, deseo
compartir con los y las consejeras que, finalizada la relación laboral, algunos
integrantes de las diferentes cooperativas me cruzaban por la UNGS y no solamente me
saludaban o me consultaban algo, sino que reiteraban su agradecimiento por
haberse sentido escuchadas y escuchados”.
Claudio Abrevaya
[1] A partir de los procesos de los últimos años, Vuotto
identifica tres “modelos cooperativos” presentes en la Argentina: denomina “cooperativas
integradas” a aquellas creadas a partir de una visión compartida entre sus
socios fundadores y sustentadas en valores y principios del campo. Las
cooperativas “reivindicativas” tiene como antecede inmediato anterior
una experiencia de trabajo salarial en
una organización no cooperativa (en este tipo la autora incluye
específicamente a las cooperativas surgidas de procesos de recuperación de
empresas). Finalmente, las cooperativas “inducidas por el Estado” son
las promovidas en el marco de las políticas y programas gubernamentales,
básicamente destinadas a la generación de empleo en sectores con dificultades
de inserción en el mercado formal de trabajo (Vuotto, Mirta: “El cooperativismo de trabajo en
Argentina. Contribuciones para el diálogo social”. Oficina Internacional del
Trabajo. Argentina, 2011).